La lista de planos y datos comprometidos incluye misiles, helicópteros de combates y jets. China ha actualizado muchos de sus diseños militares comprándole tecnología a algunos países y a través del espionaje.

Muchos de los diseños en los que los Estados Unidos ha invertido millones podrían modernizar el ejercito chino muy pronto. 
Muchos de los diseños en los que los Estados Unidos ha invertido millones podrían modernizar el ejercito chino muy pronto.
El Defense Science Board ha emitido un reporte que advierte que hackers de origen chino habrían accedido a información de varios de los proyectos militares más costosos de los Estados Unidos. Según este organismo los planos y datos de 24 sistemas de armas han resultado comprometidos en el ataque.
Este acceso no implica necesariamente que los hackers hayan obtenido todo el material de los diseños. Entre los diseños y datos afectados se encuentran los del misil Patriot, el misil balístico de intercepción Aegis, el archiconocido helicóptero Black Hawk, el jet de combate F/A-18 y el programa de intercepción de misiles balísticos THAAD. Las compañías privadas afectadas son varias, y entre ellas está la Lockheed Martin Corp, Raytheon Comp. y Northrop Grumman Corp.
Curiosamente,  en los últimos años China ha hecho grandes progresos en sus programas militares y desarrollos, superando muchas de las expectativas y cálculos de los analistas. En 2011 consiguió su primer diseño funcional para un jet de combate sigiloso. El J-20 podría ser en gran medida fruto de la información robada a los Estados Unidos, aunque no se sabe cuánto de la información fue tomada por el hackeo de las redes y cuanto por el análisis de aviones caídos.
China complementa los avances conseguidos a través de estos métodos con la compra de tecnología a países como Rusia. La estrategia de captura de información de los Estados Unidos podría estar ahorrándole al gobierno chino miles de millones de dólares. Según el reporte del DSB, la información obtenida serviría no solo para crear armas, sino también para contrarrestar esos dispositivos. Los datos permitirían descubrir los puntos débiles de cada artefacto.
El gobierno estadounidense a presentado sus quejas al gobierno chino en más de una ocasión, pero la respuesta siempre ha sido la negación de las acusaciones. Las acciones más drásticas se han visto en el área de las declaraciones, cuando el gobierno de Obama señaló que los ataques cibernéticos podían ser considerados actos de guerra. China es el mayor acreedor de los Estados Unidos con un 7% de su deuda que asciende a U$S 17 millones de millones.