El nuevo móvil de Apple llega a España un mes después de su estreno



Por fuera, salvo que se opte por el color dorado, modelo que causa furor en China, no se aprecian los cambios. El iPhone 5S es muy similar al 5, que acaba de desaparecer del catálogo de Apple. Se mantiene la pantalla de cuatro pulgadas, aunque la tendencia es ir más allá de las cinco. Se mantiene también la clavija. La idea es contentar a todos los fieles que se decepcionaron cuando tuvieron que comprar complementos
El primer cambio notable está en el botón principal. Desaparece el cuadrado. Ahora es un botón, en apariencia, ciego, pero que esconde en su interior un detector de huellas digitales. El móvil se puede desbloquear al dejar el dedo, sin necesidad de tener que introducir una clave numérica. La intención es salvaguardar la privacidad y reforzar la seguridad en caso de pérdida. En un futuro servirá para poder comprar en Internet sin tener que introducir los datos de la tarjeta una y otra vez. Apple insiste en que la información de la huella se cifra y no se guarda ni en sus servidores ni en el de los comercios, sino que solo está en el teléfono sin que se pueda acceder a través del sistema operativo.
En la parte superior se percibe un cambio en la cámara. Se mantienen los ocho megapíxeles, pero cambia el tamaño del sensor. El flash ahora es doble para poder medir y equilibrar la luz. El menú, de nuevo, se asemeja al del iPhone 5, salvo cuando se abre la opción de vídeo. Ahora se puede grabar a cámara lenta con alta calidad. Una puerta abierta a la creatividad, perfecto para los fanáticos de los deportes o darle un toque de emotividad a los primeros pasos de un niño.
Se elimina la espera para hacer varias fotos. Basta con posar el dedo sobre el botón de disparo para capturar sin límites, en ráfaga. Después se puede dejar al móvil que escoja la mejor o directamente la que más nos guste.
Se elimina la espera para hacer varias fotos. Basta con posar el dedo sobre el botón de disparo para capturar sin límites, en ráfaga.
Las novedades están en el interior, en dos procesadores renovados. El A7 promete una mejora en la gestión general del teléfono. iOS 7, ahora sí, corre. Las animaciones van mucho más fluidas y apenas hay demora para pasar de una aplicación a otra. El M7, en cambio, se especializa en el movimiento. De momento, poco apreciable sin una aplicación creada a medida para este chip.
En ambos casos, el fabricante insiste en que están optimizados para mejorar la vida de la batería, hasta ahora el punto más flojo.
Entre lo mejorable está el precio, entre 699 y 899 euros según se escoja el modelo de 16, 32 o 64 gigas de memoria. Se mantiene el del modelo anterior aunque se mejoran las características. Es la norma no escrita en Apple, su manera de posicionarse siempre en la gama alta, pero también una forma de cerrar espacio a sus competidores, como es el caso de los Xperia Z1 o LG G2, con buenas opciones multimedia y batería más duradera. Una buena opción siempre que se prefiera Android a iOS 7.
A pesar de llegar un mes después de su salida inicial, el envío desde la tienda de Apple va con demora, entre dos y tres semanas.
El iPhone 5S no ha llegado solo, lo hace acompañado de un modelo inferior, pero más colorido, el 5C, cuesta 100 euros menos, pero prescinde de la nueva cámara y los procesadores A7 y M7 y de la huella dactilar para desbloquear.

Fuente: www.elpais.com